Hola a todos, este post que hoy subo a mis redes sociales no es para mostraros lo que estoy haciendo en este momento, tampoco para deciros donde estoy hoy o como es mi vida.
Este post lo subo para contaros una historia. Quienes me seguís en las redes sociales, ya me conocéis. Muchos sois mis amigos, otros mis compañeros de trabajo, y otros simplemente conocidos que habéis pasado por mi vida en un momento determinado. Y también esto es para los que me seguís ahí en silencio sin dar la cara pero viendo lo que hago cada vez, porque mi vida sigue siendo interesante para vosotros. Hace ya tiempo que decidí hacer públicas mis redes sociales así que no me molesta.
Bueno hecha la introducción voy a ello.
Esta historia comienza en el segundo trimestre de gestación de mi segundo embarazo. ¿Sabías que es en este momento cuando, los bebés ya tienen un sexo asignado? se comprueba con una simple ecografía. A mí me dijeron que era un niño y decidimos llamarlo Andrés, pocos días después volví a la consulta del ginecólogo por otro asunto que no es relevante aquí y en la segunda ecografía dijeron que era una niña, la pusimos de nombre Maria.
Parece sencillo. Ya está todo dicho. Sin embargo, un porcentaje de esos nombres masculinos o femeninos, cuando crecen -a edades tan tempranas como los tres o cinco años o más tarde, porque nunca es tarde - puede que no se identifiquen con su sexo biológico.
Y Maria puede que se sintiera un chico, de hecho se sentía así aunque según sus propias palabras, “no es del todo cierto porque no sabía ni si quiera como podía sentirse un chico pero envidiaba a los chicos y me molestaba no serlo”
Quiere esto decir que es la propia persona y no el cuerpo quien determina la identidad de género de cada individuo. Y por eso, años más tarde, inició un tránsito para expresar quién es y ser aceptado en su nueva identidad.
21 años más tarde y después de 1 año de dar a conocer su nueva identidad con muchos "tránsmites" administrativos y de otra índole, vino al mundo Alejandro. Esta vez no me costó parirlo y os puedo asegurar, contra todo pronóstico, que no fue nada doloroso. Y lo mejor es que Alejandro está feliz con su transición.
Así que ahora tengo un hijo y una hija.
Y esto va por ti Alejandro: He vivido contigo María 21 años y ha sido un placer.
Alejandro, este primer año de tu vida es fantástico y será un orgullo acompañarte en todas y cada una de las aventuras que el futuro te depare.
En España se estima que hay más de 10.000 personas cuya identidad de género no coincide con el sexo que se les asignó al nacer.
A quienes todavía no se han atrevido a iniciar su transición les ánimo desde aquí.
Es un camino largo, pero con el apoyo y asesoramiento adecuados cuando se alcanza la meta, que cada uno desea, la satisfacción es infinita.
Hay que ser uno mismo siempre. El destino ya se encarga de ponernos a las personas correctas en nuestras vidas a su debido tiempo, algunas se irán y otras se quedaran...
Las que se quedan son realmente las personas que nos valoran como somos y a las que tenemos que dar las gracias por estar ahí cada día
Feliz noche amigos y amigas.
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