UNA
MUERTE ANUNCIADA
El filósofo argentino José
Ingenieros escribió “Los hombres y pueblos en decadencia viven acordándose de
dónde vienen; los hombres geniales y pueblos fuertes solo necesitan saber a
dónde van”
Por eso es triste despertar
cada mañana y ver como nuestra España se hunde en la miseria, la depresión y la
desigualdad. Lo hace mientras recuerda tiempos pasados con odio y rencor en
lugar de mirar al frente buscando el camino correcto.
¿Qué ha sido de nuestra
Península Ibérica? La que una vez fue férrea y próspera, la que lideró un
imperio. La tierra rica en agricultura, en ganadería. Tan completa en paisajes,
en clima, en tradiciones.
Vivimos tiempos convulsos,
tiempos de anomalías como bien ha señalado, esta mañana, el periodista Carlos
Herrera en su artículo de opinión “Anormalidad democrática”. Me ha impresionado
cuando dice “es una anormalidad
democrática que un presidente de un gobierno dependa de un tipo como Iglesias y
de dos tipos más como Otegi y como Junqueras; lo es que una
ministra de Justicia acabe de fiscal general del Estado; o que el Poder
Ejecutivo ataque al Poder Judicial; es una anormalidad democrática que
llevemos casi 90 mil muertos y el gobierno esconda 30. mil …… es una
anormalidad democrática que el Estado te pague la niñera y la hagas funcionaria
con nivel tres; que se coarte la libertad educativa, la de movilidad, la de
prensa; que se insulte a los jueces; que se aplauda a Maduro, a Lenin, a
Otegi, a Fidel Castro; es una anormalidad….que se gasten 500 millones de
"leuros" en un Ministerio de Igualdad para la esposa y solo
700 mil en la vacuna española”….
Coincido con Herrera en que es
todo menos normal permitir lo que nos está sucediendo. El virus ya nos ha
robado un año de nuestras vidas, pero en lugar de emplear ese tiempo en recapacitar
y aprender, dejamos que nos roben ahora nuestra identidad, que jueguen con
nosotros un grupo de “listos mediocres” que ha sabido manejar los hilos del
poder y someternos al miedo argumentando un futuro incierto.
¿Vamos a seguir permitiendo
que nos ninguneen?
Escuchamos asombrados las
noticias sobre las elecciones catalanas en plena tercera ola de una pandemia
que no da tregua y cuando ya nos pronostican, para que nos vayamos haciendo a
la idea, una cuarta.
Muertos y más muertos, pero no
importan porque lo que importa es que el ex Ministro de Sanidad, ocupe el cargo
de presidente de la Generalitat para que Sánchez pueda seguir manejando a su
antojo los hilos de esta sátira.
Soy una humilde ciudadana española que se avergüenza de la clase política que nos dirige, una humilde ciudadana que no puede hacer nada por evitar las muertes, ni el desempleo, ni que me recorten, aún más, la libertad de movilidad. Pero si puedo poner de manifiesto mi desacuerdo y alentar a mis vecinos para que hagan lo mismo. Si no alzamos nuestras voces seguirán aprovechándose de nosotros como sanguijuelas. No esperemos a que sea demasiado tarde.
Ay, ay, cómo culpan los
mortales a los dioses!, pues de nosotros, dicen, proceden los males. Pero
también ellos por su estupidez soportan dolores más allá de lo que les
corresponde.“
Homero, la Odisea