domingo, 27 de septiembre de 2020

CARAS ANÓNIMAS Y ABRAZOS XXL


 

Caras anónimas Y  abrazos XXL

Abres los ojos para comenzar un nuevo día después de haberte quedado un rato remoloneando en la cama a pesar de que el despertador te ha advertido que, como no te levantes ya, vas a llegar tarde.

Lo primero que se te viene a la cabeza en estos tiempos de coronavirus es como te gustaría poder dar un abrazo XXL a ese alguien a quien tienes muchas ganas de ver y que te hace sentir como si fueras en pijama ¡a gusto!

Pero no puedes, porque hace tiempo que no os veis, y las normas, ahora, imponen una distancia social que antes no había. ¿Para qué? Para evitar contagios.

Y entonces empiezas a repasar ese montón de situaciones que antes veías normales y que ahora son impensables

Te acuerdas de cuando a tus alumnos les pasabas unas simples fotocopias,  para que ampliaran materia, ahora no puedes.

De cuando los mandabas salir a la pizarra y les cedías tu tiza o tu rotulador, ahora no puedes.

Y sobre todo de cuando los mirabas a la cara y reconocías sus expresiones. 

Tantos años de enseñanza te otorgan la capacidad de adivinar lo que están pensando en plan:

 “Que dice hoy esta tía que no la entiendo ni papa” o “que acabe ya porrrr favorrr que necesito salir  para ver quién me ha enviado un wassup”, o “vaya rollazo el tema de hoy”.

Este año, sin embargo, nuestros alumnos, nuestra gente, nuestros amigos no tienen esas expresiones porque las esconden debajo de una mascarilla.

Y lo que es peor, esas caras nuevas que nos esperan en alguna parte de nuestra vida, no estarán completas a partir de ahora.

Dicen que sólo se necesitan 21 días para establecer un nuevo hábito o romper con uno que no te gusta nada nadita. Han pasado más de 21 y no nos hemos acostumbrado a llevar la cara medio cubierta.  Si mañana nos dijeran fuera antifaz, en este caso tapa bocas ¡que narices! En menos de 24 horas estaríamos felices de poder sonreírnos.

Respira no te sientas un bicho raro, no es normal lo que está pasando eso lo sabemos todos, así que echa la vista atrás y haz recuento de cuantos abrazos, S, M, L y  XXL debes para llenarte de buen rollo. Ahora hay que ser flexible, escuchar a tu interior y pensar que esto pasará. 

Mientras tanto regálate tres abrazos a ti mismo, de la talla que quieras. Rie 5 minutos diarios, pero ríe con ganas, de esas veces que te duele tanto la barriga que  estás deseando que termine ese momento para recuperar fuerzas y seguir carcajeando.

Dibuja a tu persona favorita o imagina esos viajes que quieres hacer y no te detengas hasta colorear el mundo entero. Escucha tu canción en bucle y cántala a pleno pulmón hasta que empiecen a caer las primeras gotas de lluvia y el chaparrón borre todos tus malos rollos.  

Algún día las caras que ahora no tienen rostro te sonreirán, devolverás todos los achuchones que tienes en tu lista de espera y volverás a disfrutar de esas pequeñas cosas que te hacen vibrar.

"Comienza donde estas, usa lo que tienes, haz lo que puedes" Arthur Ashe

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