lunes, 31 de agosto de 2020

CUMPLIR UN AÑO MENOS

 




CUMPLIR UN AÑO MENOS

Cae una nueva hoja del calendario, septiembre llega con su olor a otoño.

Te gustaba esta estación porque anunciaba el invierno con esas nieves que adorabas pintando las montañas de tu lago y mi infancia.

Te gustaba la primavera porque era un estallido de alegría, como me decías siempre, y el verano también era tu estación favorita. Sencillamente saboreabas la vida.

Sé que no vas a leer esto, pero quiero decírtelo.

Adiviné que en tu viaje final elegiste hacerlo solo, por voluntad propia, antes de lo previsto porque sabías que no había retorno. 

Te fuiste dejando un vacío muy grande, por lo que sufriste en la última semana y porque, aunque asumimos que todos al final cogemos el mismo tren, no evita que la partida sea dolorosa. 

Bien sabemos tú y yo que no estás donde todo el mundo cree. Pese a todo te siento más cerca que nunca.

Supongo que será la edad y aunque hasta el momento la vida me ha enseñado algunas cosas muy interesantes sigo llena de dudas. Como me gustaría poder compartirlas contigo. Eras el único que siempre me aconsejaba lo correcto.

Ha pasado el tiempo y sigo descubriendo cosas increíbles a cerca de tu persona.

Que importante es ir caminando por la vida sin presumir, al final lo que vale es estar satisfecho consigo mismo. Ese eras tú.

Ponerse en la piel del otro nunca es fácil, a ti se te daba muy bien. Me educaste para no seguir el camino más fácil, la crítica. 

-En la mayoría de los casos  hay una razón para todo lo que sucede, busca la verdad. Me insistías.

Hablemos ahora del destino, creo que esa es la otra pieza clave en el proceso de la vida.  Nosotros tenemos el poder de inclinar la balanza. 

A lo largo de nuestro trayecto se nos ofrecen una serie de oportunidades para que escojamos y en función de nuestras elecciones abrimos uno u otro camino.

Sin embargo no dejo de creer que el secreto de acertar muchas veces está en el “todo pasa por algo”, y sé que me dirías si pudieras comunicarte con palabras:

 - ¡Chiquilla mía! ya me estás liando, otra vez. No empecemos a filosofar,….

¡Que buenos ratos hemos pasado!. 

Me gustaría que la canción  “Cumplir un año menos, tras septiembre vendrá agosto, y mañana será un poco más ayer...”, fuera real.  Pero entonces no habría aprendizaje, no seríamos un poco más, ni apreciaríamos el valor de lo vivido.

Tú cumpliste tu función, y aunque desear es sinónimo de realizar  y yo desearía que estuvieras aquí, en carne y hueso, me tengo que conformar con hablar contigo de esta forma que, por cierto, siempre se te dio mejor que a mí. 


martes, 4 de agosto de 2020

LA SORPRESA

Foto de stock gratuita sobre haciendo un boceto, lápiz, lápiz de plomo


LA SORPRESA

 


Esperanza acudía cada mañana al centro de Alzheimer para colaborar, como voluntaria, ayudando a los profesionales en las técnicas de estimulación para incrementar la autonomía de los enfermos. Entre sus labores se encontraba la lectura. Cada jornada leía algún fragmento de una historia conocida con el objetivo de estimular la memoria de los afectados.

Aquel día descubrió por casualidad el cuadernillo con el que jugueteaba uno de los pacientes. Un hombre alto y fornido, demasiado joven para estar aquejado por esa lacra que a tantas familias destroza y cada vez a edades más tempranas. En su mirada sólo había vacío. Ojos sin vida, sin memoria.

La primera página de aquella libreta comenzaba así:

-Quiero un regalo especial para mi cumpleaños papá- le dijo el niño a su progenitor cuando se despertó aquella mañana sabedor, además, de que ese día iba a ser especial.

-Te prometo que lo tendrás- respondió su padre

Cuando el pequeño regresó a casa, terminado el colegio, corrió hacia su habitación deseoso de descubrir la sorpresa que le habían dejado. No halló más que un cilindro alargado con rayitas amarillas y negras dispuesto sobre un cuaderno con una  nota que portaba un curioso mensaje.

“!Cuídame! ahora soy tu nuevo amigo. Escúchame cuando te pida consejo que yo haré lo mismo contigo”.

Furioso el niño lanzó aquel palito contra la pared y fue en ese instante cuando escuchó un – ¡Ay!- Se aproximó hasta el suelo donde había caído aquello y lo tomó entre sus dedos. 

Tenía unos ojos chiquititos y una boca, aún más diminuta, en la que apareció una tímida sonrisa. 

–Hola- dijo

El niño casi se cayó al suelo del susto y con cara de sorpresa preguntó - ¿quién eres?

-Soy tu lápiz- respondió la graciosa voz. El que escribe tu historia. El que cuenta tus cuentos, soy quien convierte tus pensamientos en letras, quien completa tus frases. Soy tu memoria y tu conciencia-

- Y ¿para qué te quiero yo?, si ya poseo un ordenador donde anoto cada día mis tareas. Además tengo montones de pinturas para colorear cuando me apetece- respondió el pequeño con desprecio y enfadado por lo absurdo del regalo.

-Por que algún día necesitarás recordar tus aventuras y la memoria es frágil- le dijo el lapicero y añadió- Un corte de luz te dejaría sin ordenador y  un cortocircuito en tu cerebro podrían hacerte perder para siempre lo que todos atesoramos con tanto mimo, los recuerdos. Harías bien en dejarme que anotara, por lo menos,  tu nombre en este cuaderno -sugirió esa dulce vocecita.

-Bah! Me da igual, yo lo que quiero es mi sorpresaaaa- dijo casi gritando de rabia el pequeño.

Tantas voces alertaron a sus padres que hasta aquel momento no se habían percatado de su llegada. - ¿Qué pasa Luisillo?- preguntó su madre alarmada

-Que le pedí a Pa una sorpresa por mi cumpleaños y me deja un lápiz y una libreta- contestó el niño, malhumorado mientras mostraba a su madre los dos objetos - y yo lo que quiero es un móooooovil como los de mis amigos- añadió chillando.

La madre armándose de paciencia contestó suspirando- ¡ay! Luisillo en esta vida no se puede tener todo. Papá y yo hemos considerado que este es el mejor obsequio para ti. Eres demasiado pequeño aún- dijo la madre acariciando la mejilla del niño para paliar así su ira.

 -Tú escribe- le aconsejó- anota en este bonito cuaderno tus cosas, algún día te reirás cuando seas mayor. Será divertido, prueba y verás.

La madre salió de la habitación dejando a Luisillo ceñudo y con una rabieta que le duró varias semanas.

Esperanza levantó la vista de aquel cuaderno al darse cuenta del silencio que se había formado a su alrededor. El paciente alto y fuerte no paraba de repetir en voz baja, como si fuera una letanía- me llamo Luis, me llamo Luis…

El hombre había llegado allí el mes pasado directamente desde el hospital donde había sido recogido. Sin un nombre, sin una identidad. El centro todavía estaba buscando a los familiares.


 

 


lunes, 3 de agosto de 2020

LUCIFER



LUCIFER

Tardaría en encontrar la llave que necesitaba. En ese manojo no era fácil descubrir la pieza adecuada para abrir aquella puerta. Tendría que haber prestado más atención cuando le dieron las instrucciones. Pero como iba a preocuparse por fallar. -Si era tan fácil- pensó.

Con lo cómodo que habría sido una llave maestra, así, sin más. Pero en esta vida nada es sencillo, ni tan siquiera abrir puertas. Y las del cielo menos. Así que se dio la vuelta y con el rabo entre las piernas volvió a su escondrijo.

Tendría que esperar otros cien años para volver a colarse en aquella inmensidad azul. Una centuria siendo bueno, otra vez.

 


domingo, 2 de agosto de 2020

LA LEYENDA DE LAS VOCALES



Mi relato de hoy es para arrancar una sonrisa🐸 a pequeños y grandes🦋

La leyenda de las vocales

Tengo cinco amigas hermosas que ponen sonido a la risa, música a las canciones y sentido a las palabras

Cinco amigas bien distintas entre sí, gruesas, delgadas, altas y bajas.

Unidas o separadas y siempre acompañadas de su panda, el ALFABETO, dan sentido al lenguaje

La A es abierta, alegre,  lozana y jubilosa. Algo rechoncha, siempre está contenta. Si se pone de pie y con las piernas en paralelo, da respeto y obediencia;  pero cuando se sienta y le acompaña la J la risa está asegurada

La E, es especial. Sentada y reposada, parece siempre dispuesta a escuchar. Con la R hace música y con la J , cuando esta contenta, su sonrisa es algo picarona.

La I es alta y delgada, si sale de paseo con algún compañero, nunca va sin su mascota, Don Puntito, que coloca en lo alto del sombrero. Es el canto de los pájaros y con su amigo el reloj es nuestro despertador mañanero.

La O siempre está asustada. No se separa de la H cuando tiene miedo, pero también es la primera y la última de las notas musicales cuando la D es su compañera.

La U es muy quejica, siempre está cansada si se junta con la F. Pero cuando está sola dibuja una sonrisa en su cara regordeta.

 Foto de stock gratuita sobre abc, aeiou, Fondo blanco

 


EL CUENTO QUE SIEMPRE ESTABA LLORANDO

  Erase una vez un cuento chiquitito, tan pequeño tan pequeño que como nadie podía leer lo que había escrito en sus páginas no le prestaban ...