Foto cedida por mi amiga Pilar |
LA
EDAD
La mujer se sienta en aquella lúgubre comisaría. El
ambiente es rancio, soporífero. El policía, que la interroga, es el tercero que
le pregunta lo mismo. Así que esta vez responde de manera deferente.
Hastiada, agotada, consumida por la pena, el dolor, el
sufrimiento.
-¿Cuántos años tienes?-
-Una eternidad
-¿Cuántos años tienes?
-Cien kilos
-Te he preguntado ¿cuántos años tienes?
-Millones
-Eso es imposible
-Si lo es, responde suspirando la mujer, cuando en un
minuto el destino lo cambia todo. Entonces la vida te parece una eternidad, los
años pesan cien kilos y habrías pagado millones para que nada hubiera cambiado.
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